¿Cómo reconocer si es hora de dejar una relación o es un nuevo ciclo de renovación?
- Yhara Cuitiño

- 20 may 2019
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 21 may 2019
“Una parte de todas las mujeres y de todos los hombres se niega a saber que en todas las relaciones amorosas la Muerte también tiene que intervenir” Clarissa Pinkola Estés.
El amor de pareja, al que tanta dedicación y tiempo brindamos lleva en sí inexorablemente el ciclo de la Vida/Muerte/Vida, la naturaleza divina, el ciclo de todos los seres que habitamos este Universo. Este ciclo se da dentro de una misma relación una y mil veces pero a veces tenemos que aceptar la Muerte de la relación para dar paso a una nueva Vida. ¿Cómo reconocer si estamos ante un ciclo natural de la pareja o estamos ante un nuevo ciclo para nuestra vida psíquica?
Vivir de acuerdo a los ciclos naturales, es rendirse al fluir de una exististencia en esa secuencia infinita y arquetípica de la Vida/Muerte/Vida y sin embargo nos negamos a este simple reconocimiento, bajo la ilusión de mantenernos seguros. Estructuramos nuestras vidas en función de comodidades, a veces materiales, otras emocionales. Proyectamos familias, hijos, carreras, desde un estado de conciencia inicial en que realmente somos sinceros con esos planes y naturalmente seguimos creciendo, avanzando en el mar de experiencias y encuentros de vida pare reconocer después de un tiempo que hemos cambiado.
Las rutinas cotidianos nos dan estructura y nos permiten avanzar, así como le permiten a nuestros pequeños poder anticipar un refugio de seguridades desde los cuales explorar. Desde la Teoría del Apego sabemos que el nido, el hogar nos nutre, nos protege y nuestros cachorros humanos se resguardan en aquellos que brindan esa seguridad para desarrollar su psiquismo.
Esta es nuestra impronta como especie. En la base de la supervivencia está la seguridad, la certeza, la estructura y la conexión. Claro, cómo plantearnos desbaratar todos esos cimientos por sentirnos estancados en una relación. Como no pactar la postergación pensando en brindar este amparo tan necesario a nuestros niños o a nosotros mismos. Muchas veces, esas partes adultas que se sienten estancadas, miran los ojitos de ternura de sus crías y no pueden más que suspirar, y aceptar que van a estar un buen tiempo viviendo en función de lo que sea mejor para ellos.
Entonces, cuándo saber si se trata de un ciclo en la pareja o se trata del fin de un ciclo de vida. Que ilusión tan humana querer esa respuesta. “Acariciamos la fantasía de recibir el alimento de la profunda naturaleza a través de una relación amorosa, un trabajo o el dinero. Nos gustaría no tener que trabajar más. Hay veces en que incluso nos gustaría que nos dieran de comer sin apenas tener que trabajar. En realidad, sabemos bien que de esta manera no conseguiremos nada que merezca la pena. Pero aún así, lo deseamos!!!!!! (Mujeres de Corren con los Lobos, La Mujer Esqueleto, pp.203)
Seamos profundamente compasivos con estos aspectos de nuestro ser, es importante saber que cuando nos planteamos dejar una relación estamos confrontando los cimientos mismos de nuestro devenir como humanos y que la decisión que tomemos va a determinar nuestra identidad más profunda. Desear no equivocarnos, actuar de forma justa, no herir a nadie, también son ilusiones adultas que reflejan la profunda desesperación que nos produce la incertidumbre.
El miedo a no equivocarnos crece como crecen los niños. Cuanto más confiados se sienten, más exploran el mundo interiorizando que no importa lo que hagan pueden volver a los brazos tiernos de la protección. Cuanto más inseguros esos primeros pasos, menos registro de certezas y más ansias de protección y exploración quedan latiendo en su interior. La posibilidad de explorarnos a nosotros mismos en nuestras diferentes facetas, acompañados o no de nuestra pareja, va de la mano de estos inicios.
Ser sinceros con nuestros deseos, es poder soltar las garantías y indagar en lo desconocido, reconociendo que la mirada amorosa de la vida va a estar ahí en la forma de un amigo/padre/hermano para sostenernos. Saber que el único pacto milenario que traemos a este mundo es con el ciclo infinito de la Vida/Muerte/Vida.
Pero no se trata de lanzarnos al vacío sin estrategias de afrontamiento, ni tomar decisiones impulsivas en algún momento de desborde. La función del miedo es cuidarnos de los peligros y honestamente replantearnos la vida sin un referente tan reconocido a nivel social, como la pareja, es aterrador. Cada pareja, en cada situación es la conjunción de dos universos propios que crean a su vez una entidad nueva, la pareja. Esta entidad está viva cuando nos proporciona bienestar, oportunidades de expansión y crecimiento, no solo cuando es un refugio afectivo o simple tranquilidad material.
En la dirección de la psicología Junguiana y adhiriendo a esta propuesta de la dinámica Vida/Muerte/Vida, una pregunta que me ha servido como orientadora para saber si apostar en dirección del esfuerzo del reencuentro o si echar mano al coraje para recorrer el camino de la soledad ha sido justamente plantear el escenario de la finitud. ¿Que decisión tomarías si te enteraras de la fecha de tu muerte?
Por último recordar que nuestros hijos aprenden de lo que hacemos, no hay forma de disimular el desamor aún en situaciones de mucha armonía, les estamos enseñando el valor del sacrificio cuando nos postergamos al quedamos al lado de un ser que no amamos. Saber que estos procesos son una bendición en el camino del crecimiento personal, darles la bienvenida y pedir ayuda cuando sea necesario!!!
Dedicado a una hermana de la vida a la que tal vez haya llegado la hora de sostener en los brazos espirituales del amor incondicional!
Psi. Yhara Cuitiño
Bibliografía
Pinkola Estés, C. (1992). Mujeres que Corren con los Lobos. Madrid: Estudio Ediciones B.







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